EL ANTES, EL DURANTE Y EL DESPUÉS DE NUESTRA EXPERIENCIA CON EL PLAN LECTOR

Cuando estamos al frente de un grupo humano adolescente y tenemos el deber de formarlo en un área educativa determinada, cuan importante son las decisiones que tenemos que tomar, y a esto me refiero con la planificación escolar, que muchas veces la planificamos de una forma y cuando estamos frente al grupo humano tenemos que variar algunos aspectos que anticipadamente habíamos planeado.
Algo así me ocurrió cuando iniciamos el plan lector, de por medio estaba el número de horas semanales que tenía que utilizar para ello, porque durante este año se asignaron cinco horas semanales. Así que había que dosificarlo entre el uso de las módulos enviados por el MED y la obra que íbamos a compartir todas, alumnas y profesora, dentro de nuestro Plan Lector.
En muchas ocasiones como profesores tenemos que ponernos en el lugar de nuestros estudiantes, que en el nivel secundaria, son adolescentes. Bueno ahí está lo difícil, porque vienen las preguntas como: qué les gustará leer, cuáles son sus preferencias y aficiones, es difícil, cuando tenemos que elegir un libro determinado que deberá ser leído, de preferencia durante un mes.
Así que decidí consultar algunas páginas web, para informarme sobre literatura preferida por los adolescentes, y en esa búsqueda me encontré con el boom editorial que significaba el libro titulado Crepúsculo, que conformaba una tetralogía: Luna Nueva, Eclipse y Amanecer. Pero buscando referencias me encontré con una historia de amor adolescente entre un vampiro y una humana; pero bien en la literatura universal han habido varias obras sobre el tema vampírico, por ejemplo: Drácula de Bram Stocker (1897), Entrevista con el vampiro de Anne Rice (1973) o tal vez Déjame entrar de John Ajvide Lindqvist (2004), es obvio que estas obras no tienen comparación con la de Stephanie Meyer, pero me aventuré a sugerirla con mis alumnas, sabiendo que los adolescentes se sienten atraídos por la ciencia ficción, el romance, lo oculto, lo prohibido o hasta por lo imposible. En clase lo sugerí y hubo mucha aceptación de parte de las alumnas, inclusive algunas de ellas lo estaban leyendo. Así que iniciamos nuestro plan lector.
Por supuesto que debemos elaborar nuestras sesiones lectoras y tomar en cuenta los tres momentos de la animación lectora, el llamado antes de la lectura, pensar en qué es lo que despertará el interés en los alumnos, los motivará a iniciarse en esta aventura la de descubrir la historia contenida en el texto. Aquí el profesor tiene que tener la capacidad de observación para saber con qué tipo de grupo humano se encuentra, sus actitudes e intereses, para de esta manera decidir sobre la estrategia más adecuada para iniciarlos en la aventura que significa leer un libro.
En mi caso particular hice referencia a la portada del libro con las manos sosteniendo una manzana roja, preguntándoles que connotación podía tener la fruta entre las manos de una persona joven. La frase bajo el titulo de la obra: “un amor peligroso”, el color negro de la cubierta del libro. Algunas alumnas hablaron acerca de pecado, de lo prohibido, y otras, hicieron referencia a lo dramático de la frase “un amor peligroso”. También hice referencia a los seres inmortales como los dioses de la mitología griega o quizás otros seres más monstruosos como los zombis o los vampiros. Aquí vino entonces el aporte de ideas de parte de las alumnas, utilizando sus conocimientos previos para ir formando algunas hipótesis en torno al texto a leer.
Para el segundo momento, el durante la lectura, trabajamos con la técnica del fichaje, las preguntas de comprensión tanto escritas como orales, el parafraseo, la exposición de hechos, la lectura silenciosa y en voz alta haciendo preguntas referenciales e inferenciales, los organizadores gráficos, la predicción de los fragmentos leídos, las palabras cuyo significado es desconocido por los alumnos y todas las estrategias de las cuales hice uso para lograr la comprensión del texto.
Cuando estábamos casi por terminar la lectura de la obra, decidí pasar el video de la película Crepúsculo, basada en la obra literaria del mismo título, para ello nos ubicamos en la sala de audiovisuales de la institución educativa, pero no se vio todo el video; la idea era que las alumnas quedaran con la sensación de continuar viendo la película, además aún faltaba terminar de leer el libro, así que empezaron las comparaciones entre lo leído y la película. Todas las alumnas coincidían en que no era igual, que se observaban las diferencias entre el argumento de la obra y el argumento de la película, al mismo tiempo afirmaron que las obras son adaptadas para el cine; también coincidían en afirmar que más interesante les había resultado leer el libro que ver la película, porque el argumento era mucho mejor, aunque admitían que el apreciar a los actores de la película les había sido muy agradable, por sus atributos físicos y por el romance imposible de la pareja.
En el momento denominado el después de la lectura, tratamos de canalizar el análisis, muchas veces con un informe escrito o si el tiempo lo permitía hacíamos una reconstrucción del texto. Pero todo ello, tomando en cuenta que contaba con cinco horas semanales para diseñar el plan lector; y con un mes y medio para terminar de leer todos los capítulos, ya que es una obra extensa.
Generalmente, cuando terminamos de leer un libro, tenemos pensado el proyecto final que realizaremos con nuestros alumnos. En este caso en particular, se me ocurrió que no íbamos a realizar un sólo proyecto como todos los años; sino que fijaríamos un día de clase y llevaría una cajita decorada, con unos papelitos escritos en su interior, donde se señalaba el proyecto final, se incluyó la presentación en power point, la agenda literaria, la tarjeta romántica, el graffiti, el guión teatral, la creación de una poesía, la composición de la letra de una canción, el folleto, entre otros.
Es así como cada alumna al azar, sacó un papelito de la caja y obtuvo el proyecto que realizaría; para ello contaron con 25 días para realizarlo. Además les comuniqué que sus proyectos serían colgados en el blog del Plan Lector, y a través de éste, ellas podrían escribir comentarios de los proyectos de sus compañeras, así como sus familiares podrían hacerlo para formar parte de nuestro plan lector. Y obviamente, era la primera vez que iniciaríamos esta aventura la de publicar los proyectos finales y lo más curioso aún, en internet a través de un blog.
ES ASÍ COMO LA AVENTURA DE LEER COMENZÓ…